17. Una noche de sexo...¿tántrico?
- Mejor la semana que viene. Mañana tengo un compromiso laboral.
Y nos despedimos, con un tórrido beso.
Y me quedo con las ganas...
Domingo de relax, limpieza y baño.
Pasa una semana, de mucho trabajo. Algunos mensajes hasta el jueves, poco más.
Es viernes. Me llama.
- Tengo el fin de semana libre.
- Yo no, pero si quieres puedes recogerme mañana a la salida.
- Vale.
- El domingo si.
- Genial.
- Nos vemos mañana.
Estoy ansiosa. No sé si será precipitado, son ya varias citas y la verdad, me encantaría que subiese. No sé si será sólo un paseo, y ya "hasta el domingo", pero...
Es sábado, y hago dieta. Un día de líquidos y cremas, cositas suaves. Tengo algunas ideas en la cabeza. Viene a buscarme.
- Espero que no te importe, he hecho merienda cena ya que salí tarde, casi no comí y tenía hambre. Vamos a pasear, que hace una noche muy buena.
Damos una vuelta por las tiendas que quedan abiertas, breve pero interesante. Hablamos de la semana, algunos sueños más, y algunas experiencias amorosas pasadas, o ex parejas, y la falta de química sexual. Llegamos a mí casa.
- Bueno, ya es tarde, y...
- ¿Subes?- le digo.
- Vale.
Subimos, y le pregunto si quiere tomar algo, y, antes de que termine, me besa apasionadamente en la cocina, y me tumba en la mesa. Nos dejamos, ir, jugando a desnudarnos, mientras torcidamente seguimos con los besos, toqueteos, abrazos, y le dirijo a la habitación, cuando estamos completamente desnudos. Me tumba en la cama, me abre de piernas y me acaricia y masturba, provocando un orgasmo.
- Tengo ganas de disfrutarte toda la noche.
- Y yo a ti.
Saco la caja de preservativos. Toma uno, y se lo coloca. Me cabalga, entra en mi vagina fácilmente, y quedo sometida a su cuerpo, mientras jugamos a besarnos, mirarnos, le tocó por todo, gimo, y le digo lo bien que me lo estoy pasando. Así, bastante tiempo, tengo dos orgasmos hasta que se corre. Se tumba a mi lado y, quitándose el preservativo, me comenta:
- No hemos acabado aún. Dame unos minutos, que seguimos.
Voy al baño, y vuelvo.
- ¿Tienes pañuelos, de esos tipo complementos?
Uy, sí. Saco uno.
- Otro.
Obedezco.
Vuelve a tocarme, besarme, esta vez de pie. Me excito.
- Ahora, obedéceme. Masturbáme.
Le masturbo, notando la excitación en mis manos, haciendo que me humedezca más.
- Para.- Coge un pañuelo, y me ata las manos a la espalda, con él. Me quedo así.
- Vamos al salón.
Caminamos, y veo que coge una silla. Se sienta. Lleva el otro pañuelo, que deja al lado, y otro preservativo. Se sienta. Veo su erección.
- Cabálgame.
Obedezco. Me siento, mirándole, encima de él, y lo hacemos, a saltitos. De repente, cuando voy a correrme...
- Sal. Date la vuelta.
Me pongo de pie, y, con el otro pañuelo, me venda los ojos. Noto que se sienta y me pide que, así como estoy, me siente, y noto como, de espaldas a el tengo su pene dentro, sin ver nada, y humedecidndome cada vez más. De repente, me quita.
- Quieta.
Noto como me masturba, y, cuando me corro, se deja humedecer los dedos, y con eso, empieza a jugar con mi parte trasera, que empieza a dilatarse, hasta que, de repente, me quita la venda y me ordena que, viendo su excitación, volvamos a sentarnos esta vez en el sofá, y de espalda a él, me siente de nuevo, está vez, por detrás. Obedezco. Me hace saltar, y, en esta posición, seguimos, más pacíficamente, pero igual de excitante y placentera. Noto como si pene se engrosa y mueve, y como gime, hasta que se corre.
- Me lo estoy pasando genial- dice tras quitarme la atadura, y tirarme al sofá con él, dejando el preservativo a un lado del suelo.
- Y yo- sonrío, sonrojada.
Descansamos. Tito la basura, del salón y cama, y vamos a la cama. Son las 3h. Y, aunque nos acostamos, seguimos acariciándonos, excitados, besándonos y susurrando deseos sexuales, hasta que le doy otro preservativo y lo hacemos de nuevo, de lado, encima, debajo, sometida, vaginal, anal...hasta que, tras varios orgasmos míos, nos corremos mutuamente practicando un 69, el en mi boca, ya sin el látex, a las 5 de la mañana, y ya, aunque sea poco tiempo, dormimos hasta las 10h.
Pasamos el día siguiente juntos, Una mañana de desayuno, ducha, cine en la televisión, relax, algunos juegos más y una pizza a casa. Siesta. Y, para que no se haga tan casera:
- No entró hasta la tarde. ¿Te apetece ir al Saratoga a tomar una copa? Así es u hemos música y salimos.
Me encanta. Son las 16h, y nos dirigimos al lugar. Aunque no pedimos alcohol, estamos un buen rato, en la azotea incluida, hasta las 20 horas. Luego, volvemos a casa, y sí, vuelve a quedarse, pero está vez sí que dormimos, a las 21h ya no aguantamos más, y está conmigo hasta el día siguiente, me acompaña a trabajar y ya nos veremos.
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